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jueves, 16 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD ME DEPRIME

Ya estamos cerca de la Navidad. Esa época del año en la que por decreto hay que ser feliz. Y no solo hay que ser feliz, sino que hay que desearselo a los demas, te caigan como te caigan, porque es de malas personas no desear lo mejor para los demas (grave hipocresía).

Y nos deseamos lo mejor, y acudimos a tópicos foráneos como las guirnaldas, los farolillos y repetimos hasta la saciedad y colgamos de nuestros balcones "niñojesus" en los que no creemos o no recordamos en todo el año... ah, pero ahora es obligado exponer nuestra fe al público desde los balcones, bien con ejemplos pseudotradicionales, como el de la foto anterior, o, lo que es peor, con árboles de navidad, "papanoeles" gigantescos gateando por nuestros balcones ( más de un chorizo se disfrazará de eso para entrar impunemente en las casas...), o guirnaldas de colores y horribles lamparitas adquiridas en los chinos.




Y siempre el mismo adjetivo: FELIZ... lo que sea. Poco importa que durante el año hayamos robado, estafado, lucrado a costa de otros... y otra ristra de pecadillos y pecadotes que en esta época nos perdonamos siempre que manifestemos publicamente el deseo de FELICIDAD PARA TODOS.
Mi amiga Laura me dijo una vez que odiaba la Navidad porque además de tener que se féliz por decreto cuando no se tienen motivos para serlo, tienes que reunirte con tus seres queridos, aunque los queridos de verdad se hayan ido para siempre y otros no tan queridos te han estado poniendo zancadillas durante todo el año. Pero eso si, los mejores deseos de felicidad...
Evidentemente , nos estamos quedando con lo insustancial, con el boato de lo circunstancial y estamos olvidando cada vez más la razón de ser de la Navidad: Eliminemos la parafernalia, los regalos, los vanos deseos de felicidad... y que nos queda?: lo auténtico y primigenio: La familia reunida ante un belén para celebrar que hace ya muchos años Jesus nació en un portalito para redimirnos de muchos de nuestros pecados: La soberbia, la lujuria, la avaricia, el derroche, la falsedad... justo precisamente lo contrario de lo que ahora representa la Navidad.
Definitivamente, cada año me gusta menos la Navidad, si no fuera por las vacaciones, claro está.
¿Y que decir del consumo?, comer, comer hasta reventar, tragar dulces de navidad hasta dejar por las nubes nuestros niveles de glucosa, hacer comidas pantagruelicas de carnes y mariscos a precios prohibitivos aunque tengamos que entramparnos durante la cuesta de enero para poder pagarlos, ir de comida de "empresa" con compañeros y Jefes que nos han estado puteando todo el año, quemar la extra con regalos a veces inutiles... Y todo porque aunque sea con el dinero que no tenemos hemos de comprar lo que a veces tanto deseamos: ¿a COMO ESTA EL KILO DE FELICIDAD? Mas caro que las angulas, seguro.
Y todo ello por la influencia hortera de los americanos que intentan meternos( y a veces lo consiguen) a su PAPANOEL escalando por nuestros balcones, al árbol de navidad de plástico que no sé que carajo significa adornando nuestro salón y generando falsas ilusiones de regalos, de felicidad, y sobre todo entrando a través de los ojos de los niños...
¿Y nuestras tradiciones?, ¿ Que pasó con el Belen, o nacimiento? Me refiero al casero, a ese que padres e hijos montaban con figuritas pequeñas, formando rios con papel de plata y serrín, y no a los grandes nacimientos que como el de Curro cada año mejora y aboga porque las tradiciones ancestrales no perezcan bajo la nieve falsa del Arbol de Navidad. ¿Y que me decís de los Reyes Magos? Sus añoradas majestades que año tras año acercaban al Niño oro,incienso y mirra ( sigo sin saber que era eso de la mirra) y que por extensión vienen cargados de regalos para nuestros niños... pero al final de las fiestas, porque los camellos son más lentos que el trineo volador del gordo.
¡REBELEMONOS CONTRA TODO ESTO Y RECUPEREMOS NUESTRAS TRADICIONES!
Yo ya he empezado y si os asomais a los balcones de mi casa, vereis cómo Melchor ha atrapado al gordo gateando y en un rapto de furia, por supuesto en defensa propia y de su casa, le ha colgado por el cuello hasta que muere!!
Melchor por supuesto cuenta con la connivencia de Gaspar y Basaltar, que miran complacientes como se balancea al viento el gordo en los últimos estertores de todo lo que significa o pretende significar: Consumo, hipocresia, falsedad, americanismo exacervado, capitalismo imposible de sostener... ¡Que se vaya Papa Noel a America con su insustancialidad y recuperemos nuestras tradiciones y la esencia de lo que la Navidad siempre ha significado en nuestras casas y en nuestros corazones!
Si no es asi, seguiré deprimido.



martes, 7 de diciembre de 2010

PORQUE LOS HOMBREs VAMOS A LOS PARTIDOS DE FUTBOL?

De fútbol, de balonmano, baloncesto o de lo que sea, con tal de que reúnan dos requisitos:
1.- Haya árbitro o árbitros, y
2.-Haya dos equipos correteando por un campo o cancha, tras algo que rueda, bota o se desliza.

El sábado dia 4 estuve presenciando un épico partido de balonmano entre mi equipo de toda la vida: ARS PALMANARANJA y otro de nombre indescifrable procedente de Huesca y que venia con la advertencia de ser el primero de la lista. Y mira por dónde, cuando los aficionados veniamos a ver un buen partido, a sabiendas de que con toda probabilidad perderia nuestro equipo, desde el principio comenzó ganando y terminó triunfando .

Todos disfrutamos mucho con este partido y he de decir que nuestro equipo estuvo genial, y el otro también fue muy bueno, y los árbitros , a pesar de algunos fallos, estuvieron equitativamente pasables.

Pero no quiero que esto sea una crónica de un partido más, sino de los pensamientos que entre grito y grito rondaron por mi cabeza: ¿ Os habeis fijado que la gran mayoria de los espectadores son hombres ( también hay alguna mujer, por aquello de la igualdad, pero constituyen excepción), que la gran mayoria son trabajadores por cuenta ajena o estudiantes ( también hay algun empresario que simplemente le gusta gritar y alguno o alguna que aun teniendo la edad para ello, pasa de estudiar) y que todos, sin excepción, gritan, increpan e incluso insultan por este orden a los árbitros, al equipo contrario,e incluso al propio, si hay algun lance que no han hecho bien o no ha salido bien ?.

En eso si hay coincidencia, todos gritamos, increpamos e insultamos. Incluso yo ( o sobre todo) grito e increpo y me sorprendí a mi mismo insultando al árbitro diciendole "calvo hijo de P." y yo no conozco ni a ese señor, ni mucho menos la actividad profesional de su santa madre, y encima TENIA MAS PELO QUE YO!!.

Pero gritamos, porque asi nos liberamos de la opresión que sentimos en casa, en la oficina o en el tajo. Nos liberamos poniéndole al árbitro la cara del Jefe que nos jode la vida por cuatro cuartos, la del gerente que no nos permite desarrollar nuesro trabajo y nos controla los gastos , la del cargo politico que nos esta jodiendo la vida y cree que por ser politiquillo durante cuatro años sabe de todo ... En definitiva, gritamos porque nos libera de la opresión de una semana aguantando jilipolleces que tenemos que callar, y a veces tapar, y porque ponemos en la cara del pobre árbitro la odiosa cara que hemos estado deseando partir toda la semana y que hemos aguantado, y seguiremos aguantando porque o no es políticamente correcto, o simplemente te largan a la calle de una patada.

Y muchas cosas más que nos pasan y que hemos guardado hasta ese momento en que aparece una cara con pito vestida de amarillo que hace de paño para enjugar todas las lindezas que hemos pensado pero no nos hemos atrevido a decir.

Y termina el partido y nos vamos a casa tranquilos, relajados, dejando entre los graderios grandes charcos de adrenalina y ceromonas ("¡ que machote he sido que le he dicho a ese del pito todo lo que tenia guardado!") y desde ese momento abrimos la boca de la bolsa de los marrones para que empiece a llenarse, con la tranquilidad de que el sabado siguiente, habrá otro de amarillo al que poder decirle todo lo que se merece.

Definitivamente la función social y sanitaria que realizan los árbitros no esta pagada con nada.