Buenos dias, lectores...
¿ Estáis ahí o ya os habeis ido?
Si os fuisteis lo entiendo porque tengo el blog abandonado. De hecho , desde el ocho de enero no he vuelto a escribir.
¿Desgana o escasez de temas?.
Un poco de todo.
Pero me propongo recuperar esta afición y seguir publicando no sólo porque todavia quedan algunos que me leen, sino por tratarlo como un diario personal , que deje constancia de deje constancia de pensamientos, aficiones, intereses o deseos.
No sé cuanto tiempo me durará esta intención porque con la edad me estoy volviendo voluble y antojadizo (un poco más), pero por ahora reabro este blog con una entrada que refleja una afición: el senderismo.
Generalmente las actividades senderistas las escribo en el Blog del Grupo Senderista Palmeño, que después de 17 años de pertenencia sigo considerando mio, aunque últimamente observo con sorpresa cierta peligrosa deriva a la apatía y el amuermamiento. Pareciera que se esta reconvirtiendo de senderista a "paseador" (dicho sea desde el cariño).
El hecho es que ayer, que no hubo actividad del GSP, invité a que me acompañara quien quisiera, a hacer por nuestra cuenta un sendero bien sencillo y cercano: el del Bembezar, desde la Presa de derivación hasta las buitreras y volver por el mismo camino: total 12 km muy sencillos... pero lo hice yo solo, bueno solo, solo no, que mi amiga Dulce Pontes fue la primera parte del camino cantándome fados al oído.
Comenzamos a andar, Dulce, mis pensamientos y yo a eso de las 8:30 con una temperatura más bien fresquita, 11 graditos en la sierra que animan a caminar rapidito, pero sin dejar de disfrutar de la luz que poco a poco va ganando terreno a las sombras, del vaho que levanta del pantano en tonalidades ligeramente azules, del brillo y la limpieza de sus aguas, que salen con furia del aliviadero...de la vida que renace.
Y el olor!!. A tomillo, juncia, jara ya seca e hinojos que flanquean el camino .
El sendero está razonablemente bien señalizado,
pero con equivocos y abierto (¿?) si bien la bendita Consejeria de Medio Ambiente ha colocado dos verjas cerradas con candado y algún que otro obstáculo pedestre, que obligan a sortear e ignorar.
De pronto Dulce enmudeció a la altura del sumergido puente de los Ángeles, lo que me permitió que disfrutara además del silencio, solo interrumpido por el sonido de los pájaros que poco a poco despertaban.
Asi, pasito a pasito, y sin nadie que turbara mis pasos y mi silencio, llegué frente al ruinoso monasterio de Los Angeles, antiguo seminario diocesano con un enclave magnifico que dormita al sol, esperando que alguien haga una buena oferta al obispado.
Y continúo, con el camino cada vez más complicado por los numerosos corrimientos de tierra y piedras y una nueva verja que igualmente sorteo hasta llegar en absoluto silencio a las buitreras, donde hago una larga parada para contemplar el vuelo majestuoso de los pocos buitres que han madrugado en esta mañana de domingo.
Y desde aqui , siendo solo las 10 de la mañana, me vuelvo sobre mis pasos para estar en el punto de inicio solo a dos horas y media del comienzo, habiendo disfrutado de la mañana, del camino y del silencio...
Tengo que reconocer, para terminar, que en cierto modo me alegro de que mis compañeros de otros senderos se hayan quedado en la cama...
Que no calle el cantor, porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime. Lo saben los cantores de agachadas: No callarán jamas de frente al crimen
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lunes, 18 de septiembre de 2017
domingo, 8 de enero de 2017
HA FINALIZADO LA VEDA DE LA FELICIDAD.
Con el frio de la mañana de este domingo de enero he desmontado el nacimiento y guardado el árbol y todos sus adornos convencionales para tenerlos a punto la próxima navidad.
Cuando me asome a la calle comprobé que los operarios del Ayuntamiento también han aprovechado este dia para desmontar luces, farolillos y otras candilejas festivas.
Y mientras he borrado y descargado mis dispositivos móviles de cientos y cientos de videos, montajes fotográficos y frases que me han recordado hasta la saciedad que en esta época hay que ser feliz... y desear al prójimo paz, felicidad, salud, prosperidad...
¿Solo en este tiempo?
Parece que se ha cerrado la veda de la felicidad que se abrió allá por el puente de la Inmaculada y que cuando nos disponemos cada cual a subir nuestra propia cuesta hemos de olvidarnos, y nos olvidamos da tantos y tantos buenos deseos.
La navidad es una pura hipocresia.
Antes de encender las luces de nuestro árbol hemos ignorado lo que pasa en la calle, y ahora, una vez cerrado y guardado, volvemos a nuestras corruptelas de cada dia, a mirarnos el ombligo y olvidarnos de los demás. No caemos que hemos deseado la felicidad y la paz a nuestros enemigos que ahora siguen siéndolo.
Volvemos a nuestra vida misarable de siempre, pero un poco menos hipócrita: Ya no tenemos que desear nada a nadie porque hemos gastado todos nuestros buenos deseos en una época en la que debemos ser felices por decreto y desear felicidad por obligación.
En el fondo todos pensamos lo mismo, pero pocos locos nos atrevemos a escribirlo, so pena de exclusión psicosocial.
Ahora nos encerraremos en nosotros mismos para subir la cuesta y reponernos de los abusos culinarios y consumistas a que nos obliga esta sociedad... y comenzaremos a contar para la navidad que viene, dispuestos de nuevo a ser felices por poco tiempo y a desear felicidad a quien venimos odiando once meses al año...
Que falsos somos!
Y yo, que tambien estoy en el mismo pozo de hipocresia, volveré a felicitar la navidad... o mejor aún, no voy a esperar que se me adelante el Corte Ingles: FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2018!!
Cuando me asome a la calle comprobé que los operarios del Ayuntamiento también han aprovechado este dia para desmontar luces, farolillos y otras candilejas festivas.
Y mientras he borrado y descargado mis dispositivos móviles de cientos y cientos de videos, montajes fotográficos y frases que me han recordado hasta la saciedad que en esta época hay que ser feliz... y desear al prójimo paz, felicidad, salud, prosperidad...
¿Solo en este tiempo?
Parece que se ha cerrado la veda de la felicidad que se abrió allá por el puente de la Inmaculada y que cuando nos disponemos cada cual a subir nuestra propia cuesta hemos de olvidarnos, y nos olvidamos da tantos y tantos buenos deseos.
La navidad es una pura hipocresia.
Antes de encender las luces de nuestro árbol hemos ignorado lo que pasa en la calle, y ahora, una vez cerrado y guardado, volvemos a nuestras corruptelas de cada dia, a mirarnos el ombligo y olvidarnos de los demás. No caemos que hemos deseado la felicidad y la paz a nuestros enemigos que ahora siguen siéndolo.
Volvemos a nuestra vida misarable de siempre, pero un poco menos hipócrita: Ya no tenemos que desear nada a nadie porque hemos gastado todos nuestros buenos deseos en una época en la que debemos ser felices por decreto y desear felicidad por obligación.
En el fondo todos pensamos lo mismo, pero pocos locos nos atrevemos a escribirlo, so pena de exclusión psicosocial.
Ahora nos encerraremos en nosotros mismos para subir la cuesta y reponernos de los abusos culinarios y consumistas a que nos obliga esta sociedad... y comenzaremos a contar para la navidad que viene, dispuestos de nuevo a ser felices por poco tiempo y a desear felicidad a quien venimos odiando once meses al año...
Que falsos somos!
Y yo, que tambien estoy en el mismo pozo de hipocresia, volveré a felicitar la navidad... o mejor aún, no voy a esperar que se me adelante el Corte Ingles: FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2018!!
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