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domingo, 8 de enero de 2017

HA FINALIZADO LA VEDA DE LA FELICIDAD.

Con el frio de la mañana de este domingo  de enero  he desmontado  el nacimiento y guardado  el árbol  y todos sus adornos convencionales  para tenerlos a punto la próxima navidad.

Cuando me asome a la calle comprobé que los operarios del Ayuntamiento también han aprovechado este dia para desmontar luces, farolillos y otras candilejas festivas.

Y mientras  he borrado y descargado mis dispositivos móviles de cientos y cientos de videos, montajes fotográficos y frases que me han recordado hasta la saciedad  que en esta época  hay que ser feliz... y desear al prójimo  paz, felicidad, salud, prosperidad...

¿Solo en este tiempo?

Parece que se ha cerrado la veda de la felicidad que se abrió allá por el puente de la Inmaculada y que cuando nos disponemos cada cual a subir nuestra propia cuesta  hemos de olvidarnos, y nos olvidamos da tantos y tantos buenos deseos.

La navidad es una pura hipocresia.

Antes de encender las luces  de nuestro árbol  hemos ignorado  lo que pasa en la calle, y ahora, una vez cerrado y guardado, volvemos a nuestras  corruptelas de cada dia, a mirarnos el ombligo y olvidarnos de los demás. No caemos que hemos deseado la felicidad y la paz a nuestros enemigos que ahora siguen siéndolo.

Volvemos a  nuestra vida misarable de siempre, pero  un poco menos hipócrita: Ya no tenemos que desear nada a nadie porque hemos gastado todos nuestros buenos deseos  en una época en la que debemos ser felices por decreto y desear felicidad por obligación.

En el fondo  todos pensamos lo mismo, pero pocos  locos  nos atrevemos a escribirlo, so pena de exclusión psicosocial.

Ahora  nos encerraremos en nosotros mismos para subir la cuesta y reponernos de los abusos culinarios y consumistas a que nos obliga esta sociedad... y comenzaremos a contar para la navidad que viene, dispuestos de nuevo a ser felices por poco tiempo y a desear felicidad a quien venimos odiando once meses al año...

Que falsos somos!

Y yo, que tambien estoy  en el mismo pozo de hipocresia, volveré a felicitar la navidad... o mejor aún, no voy a esperar que se me adelante  el Corte Ingles: FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO  AÑO 2018!!













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