Y nos deseamos lo mejor, y acudimos a tópicos foráneos como las guirnaldas, los farolillos y repetimos hasta la saciedad y colgamos de nuestros balcones "niñojesus" en los que no creemos o no recordamos en todo el año... ah, pero ahora es obligado exponer nuestra fe al público desde los balcones, bien con ejemplos pseudotradicionales, como el de la foto anterior, o, lo que es peor, con árboles de navidad, "papanoeles" gigantescos gateando por nuestros balcones ( más de un chorizo se disfrazará de eso para entrar impunemente en las casas...), o guirnaldas de colores y horribles lamparitas adquiridas en los chinos.
Y siempre el mismo adjetivo: FELIZ... lo que sea. Poco importa que durante el año hayamos robado, estafado, lucrado a costa de otros... y otra ristra de pecadillos y pecadotes que en esta época nos perdonamos siempre que manifestemos publicamente el deseo de FELICIDAD PARA TODOS.
Mi amiga Laura me dijo una vez que odiaba la Navidad porque además de tener que se féliz por decreto cuando no se tienen motivos para serlo, tienes que reunirte con tus seres queridos, aunque los queridos de verdad se hayan ido para siempre y otros no tan queridos te han estado poniendo zancadillas durante todo el año. Pero eso si, los mejores deseos de felicidad...
Evidentemente , nos estamos quedando con lo insustancial, con el boato de lo circunstancial y estamos olvidando cada vez más la razón de ser de la Navidad: Eliminemos la parafernalia, los regalos, los vanos deseos de felicidad... y que nos queda?: lo auténtico y primigenio: La familia reunida ante un belén para celebrar que hace ya muchos años Jesus nació en un portalito para redimirnos de muchos de nuestros pecados: La soberbia, la lujuria, la avaricia, el derroche, la falsedad... justo precisamente lo contrario de lo que ahora representa la Navidad.
Definitivamente, cada año me gusta menos la Navidad, si no fuera por las vacaciones, claro está.
¿Y que decir del consumo?, comer, comer hasta reventar, tragar dulces de navidad hasta dejar por las nubes nuestros niveles de glucosa, hacer comidas pantagruelicas de carnes y mariscos a precios prohibitivos aunque tengamos que entramparnos durante la cuesta de enero para poder pagarlos, ir de comida de "empresa" con compañeros y Jefes que nos han estado puteando todo el año, quemar la extra con regalos a veces inutiles... Y todo porque aunque sea con el dinero que no tenemos hemos de comprar lo que a veces tanto deseamos: ¿a COMO ESTA EL KILO DE FELICIDAD? Mas caro que las angulas, seguro.
Y todo ello por la influencia hortera de los americanos que intentan meternos( y a veces lo consiguen) a su PAPANOEL escalando por nuestros balcones, al árbol de navidad de plástico que no sé que carajo significa adornando nuestro salón y generando falsas ilusiones de regalos, de felicidad, y sobre todo entrando a través de los ojos de los niños...
¿Y nuestras tradiciones?, ¿ Que pasó con el Belen, o nacimiento? Me refiero al casero, a ese que padres e hijos montaban con figuritas pequeñas, formando rios con papel de plata y serrín, y no a los grandes nacimientos que como el de Curro cada año mejora y aboga porque las tradiciones ancestrales no perezcan bajo la nieve falsa del Arbol de Navidad. ¿Y que me decís de los Reyes Magos? Sus añoradas majestades que año tras año acercaban al Niño oro,incienso y mirra ( sigo sin saber que era eso de la mirra) y que por extensión vienen cargados de regalos para nuestros niños... pero al final de las fiestas, porque los camellos son más lentos que el trineo volador del gordo.
¡REBELEMONOS CONTRA TODO ESTO Y RECUPEREMOS NUESTRAS TRADICIONES!
Yo ya he empezado y si os asomais a los balcones de mi casa, vereis cómo Melchor ha atrapado al gordo gateando y en un rapto de furia, por supuesto en defensa propia y de su casa, le ha colgado por el cuello hasta que muere!!
Melchor por supuesto cuenta con la connivencia de Gaspar y Basaltar, que miran complacientes como se balancea al viento el gordo en los últimos estertores de todo lo que significa o pretende significar: Consumo, hipocresia, falsedad, americanismo exacervado, capitalismo imposible de sostener... ¡Que se vaya Papa Noel a America con su insustancialidad y recuperemos nuestras tradiciones y la esencia de lo que la Navidad siempre ha significado en nuestras casas y en nuestros corazones!
Si no es asi, seguiré deprimido.
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