Margarita tiene 78 años.
Toda una vida de soltera dedicada
al magisterio y ahora sola.
Sola no, esta Clara, su perrita, que echada en el
regazo se deja acariciar indolente
mientras ve Televisión.
¿Qué te pasa Clara, por qué estas triste? ¿Por qué escondes
tu cabecita entre tus manos mientras dejas
caracolear las mias con tus lanitas blancas y yo atiendo a las
tradiciones de toda la vida?
¿Estás triste? ¿Estas malita?
¡No sé que haría yo sin ti : lo eres todo para mi! . ¡Nunca haría nada que te doliera y no comprendo cómo puede
haber malas personas que hagan daño a animalitos como tú!
Y Margarita continúa
con estos pensamientos, con Clara mimosa entre sus brazos mientras sentada en el salón de su casa, observa cómo estos fuertes muchachos jóvenes, montados en
sus caballos continúan la tradición de toda la vida y lancean al toro...
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