Después de algunos meses de sequía escritora, en los que o bien las musas han pasado de mi, o que me he dedicado a otros menesteres pensando en la pesunta inutilidad e incluso futilidad de mis escritos, retomo éstos y espero que con vigor renovado, porque sigue siendo un medio, un camino para mostrar la indignación creciente que se palpa en el ambiente.
Y me ha hecho recuperar este blog dos noticias cercanas en el tiempo y en mi entorno: La primera un periodistillo de esas tertulias apologéticas que ahora utiliza la derecha recalcitrante para hablar con descaro y desprecio de la "generación nini", de "esos jóvenes que ni quieren trabajar ni quieren estudiar sino estar todo el rato tirados en casa, viviendo la sopa boba y viendo la tele, haciendo de okupas de la casa de sus padres de la que ya se debían haber ido..."
Y la segunda una amiga que preocupada me comenta no saber que hacer este próximo curso con su hijo: Aunque ha aprobado selectividad en septiembre no tiene nota suficiente para entrar en la Universidad, no ha salido plaza alguna para los ciclos formativos, las únicas alternativas son los centros privados de FP que son caros y la Universidad solo ofrece escasas plazas en titulaciones nada demandadas y sin futuro laboral... y trabajo no hay para los jóvenes, con cerca del 50% de paro entre los que pretenden incorporarse a un mercado cada vez mas agotado.
¿Y después criticamos la generación nini?
Esta generación la estamos creando nosotros: Nuestro gobierno con sus recortes, con unas tasas universitarias imposibles, con becas cada vez mas lejanas de conseguir, con una oferta educativa escasa, mala y que atiende las necesidades no del mercado laboral sino de profesores, patronos, grupos de presión o intereses de partido y con un paro cada vez mas acusado, y nosotros, por no rebelarnos, por no parar esta sangría...
Siempre se ha dicho que nuestros jóvenes son el futuro. Triste futuro le estamos preparando a esta generación!
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